Entrevista Drago Bozovich – Revista Pavimentos de España

«El futuro de los bosques tropicales depende de que los países industrializados paguen un precio justo por la madera gestionada con criterios sostenibles»


Drago Bozovich Noriega,
CEO de Maderera Bozovich

Durante años los europeos hemos recibido noticias alarmantes sobre la deforestación de la Amazonía, el comercio ilegal de madera, etc. Y para muchos consumidores, las maderas tropicales están permanentemente rodeadas por un aura de sospecha. Drago Bozovich explica que actualmente las compañías madereras asumen firmes compromisos con la gestión forestal sostenible de los bosques tropicales. Y que un aprovechamiento maderero sostenible es la mejor actividad para conservar un entorno que tiene un inmenso valor ecológico en la lucha contra el cambio climático. Los países industrializados, y contaminantes, deben corresponsabilizarse y pagar un precio justo por los productos de madera tropical en vez de considerarlos simples «commodities».

¿En qué consisten las actividades productivas y comerciales de Maderas Bozovich?

El Grupo Bozovich es un negocio familiar fundado por mi abuelo Batrich Bozovich con más de sesenta años de presencia en el mercado peruano. Ya hace más de veinte años que se internacionalizó la marca con operaciones en México, Estados Unidos, etc. También estamos representados en países de la Unión Europea (UE) como Francia, Suecia, Dinamarca, etc. Hoy nuestras actividades van desde la gestión forestal sostenible en nuestras concesiones en la Amazonía Sur del Perú, en la región de Madre de Dios, hasta nuestras plantas de transformación secundaria y avanzada, esta última en Lima. Nuestra experiencia nos ha permitido desarrollar productos para superficies y pavimentos de alto valor añadido, con los estándares de calidad requeridos en la UE y otros mercados desarrollados (en las características de funcionalidad de nuestros productos y en el cumplimiento de las normas de comercio de madera, y de sus productos derivados, que exigen estos mercados). Así garantizamos a nuestros clientes que nuestro modelo de negocio cumple con los principios de la sostenibilidad y la excelencia.

 

Ustedes son la principal empresa maderera de Perú y disponen de concesiones de aprovechamiento forestal con una extensión sorprendente, desde una perspectiva europea…

Nuestro grupo cuenta con áreas concesionadas en Perú con una extensión de 170.000 hectáreas (has.). Esta cifra puede parecer sorprendente pero mi país cuenta con el noveno bosque tropical más grande del mundo, y el segundo en tamaño en Sudamérica después de Brasil. Las áreas de bosque tropical asignadas por su capacidad a la producción, siempre bajo gestión forestal sostenible, abarcan aprox. 17 millones de has. De ellas, solo están operativas unas 2 millones. Piensen que la totalidad del bosque tropical amazónico, solo en el Perú, supera los 57 millones de has., y existen casi 30 millones de has. de áreas naturales protegidas, junto a 12 millones de has. de territorio propiedad de las comunidades nativas.

 

¿Cómo es la explotación forestal sostenible que ustedes realizan?

Nosotros realizamos un aprovechamiento forestal sostenible basado en la gestión de la capacidad de recuperación natural del bosque tropical, con técnicas de intervención de bajo impacto. La capacidad de aprovechar el recurso maderable está directamente ligada a la capacidad del bosque de restaurar de manera natural el recurso aprovechado. Esta propuesta, por lo tanto, tiene una gran complejidad técnica y científica para garantizar la biodiversidad y con ello la sostenibilidad del bosque.

Nuestros planes de gestión incluyen acciones definidas para proteger los hábitats de mamíferos mayores, como los jaguares, o de aves endémicas como el águila arpía. Este modelo de aprovechamiento es posible porque cada año solo intervenimos en una veinteava parte del área de la concesión, mientras que las tareas de conservación y monitoreo abarcan el bosque en su totalidad. Eso explica por qué la gestión forestal, en bosques tropicales, demanda grandes extensiones para poder ser realmente sostenible. El bosque tropical, a diferencia de los bosques templados de Europa, es un bosque heterogéneo con más de 2.500 especies de árboles reconocidos. Y sin embargo, en el caso del bosque peruano, no se comercializan más de treinta especies.

¿Cómo garantizan estas buenas prácticas ante las autoridades, las entidades conservacionistas y sus propios clientes?

Un plan de gestión forestal en el Perú tiene un alto nivel de exigencias que se desprende de la propia le y forestal peruana. Es un marco jurídico de obligatorio cumplimiento que privilegia las actividades de gestión orientadas a mantener el bosque aprovechado y con sus capacidades productivas y de regeneración en óptimas condiciones. El cumplimiento de estas obligaciones lo supervisa continuamente Osinfor, un organismo técnico especializado. El Grupo Bozovich está certificado de manera voluntaria bajo los estándares FSC (Forestry Stewarship Council), un esquema de certificación del más alto nivel y reconocimiento en la UE y en la comunidad internacional. Esta certificación solo se obtiene si después de haberse evaluado la actividad forestal, se demuestra solvencia ambiental, económica y social, que son los tres puntales de la sostenibilidad. Estamos certificados FSC tanto en nuestras operaciones en el bosque como en nuestras operaciones comerciales, que disponen de la Cadena de Custodia también FSC.

Ustedes afirman que lo que pone en riesgo el bosque tropical no es un aprovechamiento maderero responsable, sino otras actividades como la explotación ganadera, las plantaciones de soja o la minería y cultivos ilegales…

Las Naciones Unidas y la FAO reconocen que la deforestación de los bosques tropicales está provocada en más de un 90% por la quema de bosques, producto de una agricultura migrante realizada por poblaciones en extrema pobreza que tratan de abrir espacios en el bosque para realizar una agricultura de su pervivencia. Desafortunadamente, el suelo de los bosques tropicales, con pocos nutrientes y escaso contenido orgánico, no es de aptitud agrícola. Por ese motivo este agricultor logrará, como mucho, una o dos cosechas, y se verá obligado a abandonar esa área y repetir nuevamente este trágico ciclo de tumba y quema de bosque. El área abandonada, sin la protección de las copas de los árboles, será devastada por las lluvias de la siguiente estación culminando el proceso erosión de los suelos en deforestación permanente. El escaso conocimiento de la problemática de los bosques tropicales y de las poblaciones que lo habitan ha causado que en muchas ocasiones se asocie la pérdida de los bosques con la tala ilegal o robo de madera y su comercio. O, peor aún, a la propia industria forestal legal. Eso provoca una reducción de la demanda de maderas tropicales por parte de los consumidores de los mercados desarrollados como los de la UE. En consecuencia, como ocurre en Brasil, estas restricciones estimulan el desarrollo de otras actividades económicas en los bosques tropicales que a pesar de ser legales no son muchas veces actividades sostenibles y destruyen el bosque. Y por ello al final generan deforestación, como es el caso de las plantaciones de soja y palma aceitera o la ganadería. Si se entiende que la mejor forma de preservar los bosques tropicales (y los beneficios que aportan para la humanidad) es consumir productos forestales bajo una gestión sostenible, entonces estimularemos las actividades productivas sostenibles que los «pongan en valor». Y, por ende, que los conserven, llevando posibilidades de desarrollo e inclusión social a regiones donde hoy reina la pobreza extrema. Debo insistir en que la mejor manera de preservar el bosque es ponerlo en valor manteniendo su principal atributo: «Ser bosque». Todas las actividades productivas en esa dirección no causarán deforestación, que significa la destrucción definitiva del bosque. Nuestra empresa aprovecha solo un promedio de 4 a 5 m3 de madera madura cosechable bajo gestión comercial por ha., de los 120 m3 por ha. disponibles bajo la gestión forestal. Es un aprovechamiento limitado con un impacto muy reducido y temporal sobre el bosque.

 

¿Qué les aporta su «relación estratégica» con Bona en Perú y México?

Nuestra empresa privilegia no solo hacer negocios, sino también con quién hacer los negocios. En ese sentido, la compañía Bona comparte con nosotros los mismos valores en relación al cuidado del medio ambiente, la protección de los recursos naturales y el rol social que tienen hoy las empresas. Nuestras afinidades se hacen evidentes, además, porque sus productos para el acabado, instalación y mantenimiento de las superficies son complementarios y tienen el mismo nivel de excelencia que los pavimentos de madera que fabrica Bozovich. Otro atributo especial que valoramos en Bona es la gran presencia que tiene en millones de hogares de todo el mundo, a los que de manera conjunta ofrecemos soluciones integrales para mejorar su hábitat, permitiéndonos también llegar a ellos con el mensaje de que todos podemos contribuir al gran esfuerzo para conservar los bosques tropicales, que son vitales para la sostenibilidad de nuestro planeta.

Se dice que en Perú los problemas de los bosques no se encuentran en el 15% de las áreas con concesiones de explotación forestal sino en el 85% restante, con frecuencia territorios fuera del control del Gobierno…

La pobreza y los recursos naturales no se llevan bien, y Naciones Unidas afirma que la pobreza es la principal causa de la destrucción de los recursos naturales. El bosque amazónico del Perú alberga solo el 10% de nuestra población de más de 30 millones de habitantes. Pero estos pobladores están dispersos en inmensas y agrestes regiones que abarcan el 61% del territorio nacional, y viven aislados y lejos del apoyo del Estado. Por lo tanto, viven expuestos a la pobreza extrema con todos los males que ésta conlleva. Hablo de formas de destrucción del bosque como la minería ilegal del oro o los cultivos ilícitos de hoja de coca, que solo se erradicarán sacando a las poblaciones de la severa pobreza que sufren en los bosques tropicales, y que para sobrevivir les obliga a involucrarse en esas u otras actividades ilegales e insostenibles. Por esta razón, el papel de los mercados, sobre todo de los países industrializados (y, por ello, grandes contaminadores del medio ambiente) exige hoy más que nunca un rol de corresponsabilidad: comprender la problemática de los bosques tropicales y ayudar a su sostenibilidad por los beneficios ambientales globales que estos proveen al mundo (al contrarresta r los efectos del cambio climático, resultado de la emisión de gases de efecto invernadero que generan las economías industrializadas). Su mejor contribución es privilegiar el consumo de productos forestales provenientes de los bosques tropicales bien gestionados, pagando además un precio justo porque esta madera es más que un commodity.

 

¿Es cierto que las empresas madereras son responsables del desarrollo de las poblaciones que viven en estas vastas regiones, y que además deben paliar la ausencia de servicios por parte del Estado?

Efectivamente, en nuestro b o s que tropical amazónico la presencia del Estado puede ser muy escasa o inexistente. Los empresarios forestales nos vemos obligados a suplir el rol del Estado en cuestiones como la salud, la educación y las infraestructuras básicas frente a las demandas de los grupos sociales en nuestro radio de influencia. La actividad forestal demanda mucha mano de obra y por eso somos una fuente generadora de puestos de trabajo. Nuestra producción está certificada y orientada a los principales mercados del mundo, y los puestos de trabajo que generamos son formales e incluyen todos los beneficios sociales de ley. Se trata de unos requisitos que, además, hoy demandan los consumidores. Dentro de nuestro esquema de responsabilidad social, las relaciones con la población local representan un gran compromiso y nuestra certificadora S G S verifica el cumplimiento de los principios FSC sobre los que estamos certificados. Por otra parte, los bosques tropicales son mucho más que madera. Por eso en una concesión forestal se pueden realizar otras actividades productivas dentro de un, plan de gestión integral: Aprovechamiento de plantas medicinales, flores decorativas, castaña (nuez típica de la Amazonia) ecoturismo o servicios ambientales. En nuestra concesión, esas actividades generan puestos de trabajo permanentes a lo largo del año (no solo durante las estaciones de aprovechamiento de madera). Y nos han permitido consolidar un modelo de asociación en el que favorecemos a las poblaciones locales que trabajan con nosotros entregándoles hasta el 70% de lo producido en este negocio complementario a nuestra actividad maderera.

 

Como maderero latinoamericano… ¿se siente poco comprendido, o injustamente tratado, por parte de las organizaciones conservacionistas y de una parte de la opinión pública europea?

El conocimiento de la realidad del bosque tropical está poco difundido y aún se conoce menos la problemática social de sus habitantes que ya he explicado. Durante muchos años los sectores conservacionistas pensaban que conservar es no tocar, cuando hoy sabemos que conservar es gestionar y aprovechar. Este desconocimiento sobre los bosques tropicales, por parte de algunas ONGs conservacionistas, divulgó conceptos errados relacionando, por ejemplo, la tala ilegal de madera y su comercio asociado con la deforestación de los bosques.

Peor aún, en algunos casos se asoció la propia actividad legal forestal a la deforestación, ignorando que a las empresas se nos exige esquemas de sostenibilidad y certificación que avalen las producciones forestales. Estas ideas, en la mente del consumidor final, lógicamente no privilegian el consumo de productos provenientes de bosques tropicales. Por el contrario, han provocado desconfianza y unos marcos legales de comercio sobrerregulados, que partiendo de un mal diagnóstico no han lo grado contribuir a la sostenibilidad de los bosques sino todo lo contrario.

La realidad es que las relaciones entre los mercados Norte – Sur no son muy equitativas por la asimetría de las economías. En el caso del comercio de productos de los bosques tropicales, esto se agrava. El mercado considera a la madera tropical un commodity y le asigna este valor económico, sin tener presente que a la madera del bosque tropical se le exige muchas Todo esto genera importantes sobrecostes que los mercados no reconocen porque el consumidor final desconoce la complejidad y valor real de los productos de los bosques tropicales, e incluso ha recibido una cuantiosa información imprecisa, y negativa, en sentido contrario. Sin embargo, importantes países de la Unión Europea como Holanda, Francia y Alemania ya están más próximos a la realidad de los bosques tropicales.

Muchas empresas se preocupan de su huella de carbono, e incluso se plantean objetivos de Carbono 0%. Ustedes, en Estados Unidos, participan en iniciativas muy interesantes de compensación de cuotas de carbono…

Un valor agregado a los beneficios que aportan las concesiones forestales son los servicios ambientales. Y es en este marco que nuestra empresa se ha sumado a iniciativas para desarrollar proyectos de Bonos de Carbono con socios estratégicos, tanto en el campo técnico como empresarial.

Los graves efectos del cambio climático son el resultado de un proceso de calentamiento de la atmósfera causado por la acumulación de gases de efecto invernadero. Si en los próximos 25 años esta tendencia no se reduce considerablemente, el planeta en su conjunto estaría en serio riesgo de sufrir graves desastres naturales. El mundo, por ende, debe dejar de emitir gases de efecto invernadero lo antes posible y hacer la compensación de su huella de carbono. Una vía muy eficaz es estimulando la Gestión Forestal Sostenible en los bosques tropicales, una actividad que al conservar el bosque preserva los sumideros de carbono que éstos representan.

Algunos tipos de palmeras presentes en las concesiones forestales y en el bosque tropical en su conjunto capturan varias veces más dióxido de carbono que los propios árboles. Por ello la riqueza del ecosistema forestal tropical es una valiosísima herramienta para compensar la emisión de gases de efecto invernadero, y debería ser privilegiado por las grandes corporaciones y gobiernos del mundo para estimular su productividad y puesta en valor. Con ello, además, se garantiza su sostenibilidad y rol en el medio ambiente del planeta. Recordemos que menos del 3% del agua del planeta es dulce y gran parte de ésta depende directamente de los bosques tropicales, quienes regulan con su biomasa el ciclo natural del agua (evaporación, condensación y precipitación).

 

¿Maderera Bozovich está presente en el mercado español?

Desafortunadamente todavía no. Estamos buscando un socio comercial que comparta nuestros principios e ideales, y esté interesado en distribuir todo nuestro portafolio de productos.

 

¿Qué mensaje le gustaría dirigir al sector de pavimento ligero en España?

Fundamentalmente, insistir en que los bosques tropicales son cada día más importantes para sostener la vida en nuestro planeta, altamente contaminado y dependiente del agua, así como para preservar el conocimiento y la cultura tradicional de los pueblos que los habitan. Además, estos bosques nos aportan plantas medicinales y un sin número de atributos aún por descubrir. Por ello, creo que es necesario un rol de corresponsabilidad en la conservación de los bosques tropicales por parte de los mercados industrializados y por ende altamente contaminantes. Asimismo, estimular un Comercio Justo de productos forestales bajo gestión sostenible es una tarea urgente, entendiendo que estos productos generarán beneficios colaterales. Por eso se les deben reconocer y valorar. De ahí nuestro eslogan: «Ayúdanos a salvar nuestros bosques y selvas: compra más productos de madera tropical».

 


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